miércoles, 19 de noviembre de 2008

Un día en mi vida dentro de 15 años.

Suena el despertados, como casi siempre, a las 8 de la mañana. No tengo mucho tiempo, pero es suficiente. Mi novio se ha ido ya hace rato, pero yo no dejo que me despierte. Aiko aún duerme, la despierto todo lo suavemente que se deja, es una dormilona. La adoptemos hace ya unos años en Xina y, es irónico, que su nombre sea japonés. Salimos las dos juntas a la gran ciudad de Tokio, un montón de personas con los ojos alargados pasan por nuestro lado y nos miran raro.
La dejo en el colegio, bien vestida con su uniforme. Luego, corro por aquellas calles tan llenas hasta llegar al instituto donde trabajo... Llego tarde. Entro en la clase, llena de adolescentes japoneses, me hacen mucha gracia todos juntos. Me siento en la mesa hasta que se callan y le digo al chico del fondo que le estoy viendo el cómic que esta leyendo entre el libro de español.
Salgo de la clase riendo, el idioma les parece una cosa un tanto peculiar. “¡Ja! ¡Como si el vuestro fuera fácil!” Les digo yo, y, evidentemente, les parece lo más gracioso del mundo .
Aiko ya esta en casa cuando llego, Tom la ha ido a buscar. Él es español, el único que conocí una noche en un bar de Sibuya. Mientras prepara la cena juego con mi hija, pero me descuido un momento porqué algo de lo que dan en televisión me parece interesante, y, cuando me doy la vuelta, ha rallado la pared y el sofá... ¡es toda una artista!
Miramos la tele hasta las tantas, Aiko no tiene nunca sueño. Pero Tom es un pesado y la mete en la cama. Un rato después nos vamos nosotros, y, antes de dormirme, le pregunto a mi novio que día será nuestro próximo viaje.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

(Soñar es gratis jajaja!)

Teresa dijo...

María:
Muy buena redacción aunque no sé de dónde sacáis (tú y Nuria) una familia tan idílica. Incluso parece que coincidís en la profesión. Muy bien pero, quizá podríais tocar un poco más de pies en el suelo