jueves, 25 de septiembre de 2008

Soy el último habitante del pueblo.

Hoy, por fin, es sábado. No tengo ninguna prisa en levantarme, pero algo me inquieta... Todo está en silencio, no se oye nada, a parte del sonido de mi respiración. Decido levantarme, ya no podría dormir.
Mi casa está vacía. Supongo que se habrán ido a comprar, no seria tan extraño... Voy a la cocina y enciendo el televisor, pero no se ve nada, un montón de rallas grises invaden la pantalla y se oye un ruido molesto. Entonces, recuerdo la tormenta de la noche anterior, había llovido muchísimo y los estruendosos relámpagos apagaron las luces de todas las casas.

-Seguro que se ha estropeado la antena o algo así...- Pienso en voz alta, y me da la impresión de estar muy sola.

Paseo por la casa una y otra vez, sin saber que hacer. Los electrodomésticos no van y ni siquiera he conseguido calentarme una baso de leche... El reloj de cuco de mi abuela marca las doce y, agobiada, decido salir a dar un paseo.

Bajo las escaleras rápido, esperando encontrar a alguien en la calle y que se me quite la angustia. Y, al llegar a bajo, me invade el miedo... Estoy completamente sola, no se ve a nadie, las tiendas están cerradas, el suelo húmedo y el cielo tapado.

-No pasa nada...- Me digo, poco convencida. Voy al parque, allí tiene que haber alguien... Pero no, el frío viento me hiela por dentro, estoy sola...

Voy por todas partes, esperando encontrar una señal de vida humana, pero lo más parecido a eso son los perros vagabundos. Mis amigas no contestan al teléfono y mamá y papá no han vuelto a casa todavía.

Pasan las horas, pero me pasan como si fueran años. El reloj vuelve a tocar justo cuando abro la puerta de casa: son las 5 de la tarde y estoy hambrienta. Justo entonces suena el teléfono, y corro hacia él muy contenta.

-.¿...Sí...?- Tartamudeo yo.

-¿Te sientes sola?- Me sorprendo, no se quien habla, parece una voz de película de terror, de fantasma... resuena en mi cabeza y me angustio por momentos. -... eres el ultimo humano de la tierra, y ni siquiera yo se porqué... pobre chica... sola en un mundo tan grande... ¿no preferirías morir?-

-¿Quién eres?- Pregunto yo, asustada.

-Nadie...- Oigo una risa.

Al oír esto me pongo a llorar, ya no aguanto más, si es una broma, no tiene ninguna gracia.

-¿¡Quien eres y que quieres de mí!? ¡Contesta!- Pero solo oigo el pitido del teléfono, ha colgado.
Me caigo al suelo, estoy sola y no se que hacer... Todo se vuelve oscuro y tengo la impresión de estar volando.

Un sonido muy lejano que se hace cada vez más fuerte. ¿El despertador?

Abro los ojos y oigo a mi madre gritarle a mi hermana ¿había sido un seño?. Me levanto de un golpe y voy hacia ellas, contenta de nuevo. Abrazo a mi hermana para asegurarme de que es real y, por fin, mi vida vuelve a la normalidad.

Pero aun así, a veces, cuando pienso en el sueño que tuve, oigo la voz del teléfono en mi cabeza, haciéndome cada vez la misma pregunta: ¿cuál es el sueño?...

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